Museo de la escuela rural

Alumnos

Dos alumnos en la escuela

En la tarea de educar al niño en el mundo rural participan todas las personas que componen el hogar, normalmente formado por la familia extensa. El niño convive con los padres, los hermanos, los abuelos, los tíos casados y solteros y los primos. A menudo por la cercanía que marca el urbanismo en los pueblos, participaban también en la educación los vecinos. Esta consistía en ir aprendiendo las tareas por imitación.


Los niños desde muy pequeños toman conciencia de la división de las tareas, los chicos saben que imitaran a sus padres y las niñas a sus madres.
El diálogo entre padres e hijos no era muy fluido, la comunicación se producía mas bien a través de gestos y miradas, por eso el aprendizaje se produce por medio de la imitación de los ademanes. En otro plano se sitúan los abuelos, con más tiempo para dedicar al nieto, de ellos el niño aprende y en ellos encuentra un apoyo como aliados y confidentes.


Niños y niñas eran educados de forma diferente, tanto en el ámbito del hogar como en la escuela.
En las familias modestas, las niñas desde pequeñas participaban en las tareas de la casa, cuidaban de los hermanos pequeños, liberando así a la madre de ciertas tareas dentro de la casa para que ella pudiera asumir otras dentro y fuera del hogar.
Eran virtudes fundamentales del niño la obediencia, la discreción y el control de si mismos y ello se conseguía gracias a la disciplina de trabajo que se imponía a diario.
El niño debía andar un largo trecho por mal camino para llegar a la escuela. El vestido que llevaba solía ser reaprovechado, como narran algunos testimonios: “recortado de los padres” o de algún hermano mayor.
La prenda de abrigo que servia para cobijarse de la lluvia era “el sacu de capiellu” un simple saco que solo tapaba la cabeza y la espalda del niño, sin ninguna capacidad impermeable.
El calzado algunas veces se reducía a unos calcetines, con frecuencia remendados y sobre ellos unas madreñas forradas con hierba o hojas de panoya.
En la mano una espuerta con una fiambrera y una frugal comida que acababa con torta y leche, igual que lo que se había ingerido en el desayuno.

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